Add parallel Print Page Options

porque debemos ir a Betel para presentarnos ante Dios. Allá construiré un altar, para darle gracias, pues cuando estuve en problemas, él me ayudó. Por dondequiera que he andado, Dios siempre ha estado conmigo».

Ellos le entregaron a Jacob todos aquellos dioses, y también los aretes que llevaban como amuletos. Entonces Jacob los enterró bajo el gran árbol que está en Siquem. Y cuando se pusieron en marcha, Dios hizo que todas las ciudades vecinas les tuvieran miedo, así que nadie los persiguió.

Read full chapter